fbpx
CÓMO ELABORAR UN BUEN VINO: EL LABRADO
CÓMO ELABORAR UN BUEN VINO: EL LABRADO

CÓMO ELABORAR UN BUEN VINO: EL LABRADO

labrado

Esta semana volvemos con un artículo centrado en las labores del viñedo a comienzos de año. En el caso de hoy, esta labor se trata del labrado de la tierra.

Coincidiendo con la finalización del invierno y comienzo de la primavera, podemos decir que es un buen momento para realizar esta labor. El labrado consiste en remover la tierra de las calles que hay entre las hileras de cepas. La profundidad de dicha labor será variable, dependiendo de la composición del terreno, pero podemos establecer una profundidad de entre 15 o 20 cm. Para ello, utilizamos un apero arrastrado por el tractor, que clava sus rejas en el suelo consiguiendo varios objetivos:

  • Por un lado, conseguimos romper la estructura de la tierra, apelmazada después de los meses de reposo en los que hemos dejado la tierra a lo largo del invierno. Además de esto, la humedad de las lluvias y nevadas del invierno tienden a compactar la tierra, y, de esta forma, desmenuzamos su estructura.
  • Por otro lado, al romper dicha estructura, mezclamos las capas inferiores con las superiores, consiguiendo más homogeneidad en la superficie labrada, cosa que favorece el desarrollo óptimo de la vid.
  • A su vez, mediante el labrado, logramos oxigenar la capa de tierra vegetal labrada, favoreciendo incluso la oxigenación del subsuelo, mejorando y multiplicando la microfauna que vive en la tierra. De la misma manera, esta oxigenación favorecerá la descomposición y reparto de nutrientes y minerales para la absorción por las raíces de las cepas.
  • Otra ventaja que obtenemos con el labrado es la mejora de la esponjosidad y capacidad de absorción ante las previsibles lluvias primaverales, abriéndoles camino para su filtración en el subsuelo.
  • Por último, eliminaremos hierbas de brotación invernal, que pudieran ser competencia de nutrientes y humedad frente a las cepas plantadas.

Todo ello, lo realizaremos siempre cuando el terreno presente un tempero o equilibrio entre humedad y sequedad, para que la textura conseguida sea adecuada.